Para tocar un instrumento musical no sólo se requiere haber ido al conservatorio. También hace falta capacidades físicas como el ritmo, la resistencia, el oído o la coordinación de varias partes del cuerpo: pulmones, labios, brazos o dedos.
¿Cómo conseguir que un niño que no cuenta con todas sus capacidades físicas o mentales pueda tocar un instrumento? Esta fue la pregunta que intentó responder Dan Daily, músico multi-instrumentista y licenciado en estudios musicales por las universidades de Illinois e Indiana State. “Cuando era joven, mi madre regentaba una guardería para niños con grave discapacidad, me impresionó y se me quedó marcado”. Su persistencia en crear un instrumento que cualquiera pueda tocar le ha llevado a aliarse con el ingeniero de microsistemas Ken Pfeifer, de los Sandia National Laboratories. Entre ambos han creado un instrumento revolucionario llamado MidisWing.
“Cuando me di cuenta de lo difícil que los instrumentos tradicionales son para tocar, pensé que tenía que haber una manera de hacer las cosas más fáciles y más accesibles”, dijo Daily. Se percató de que, en los instrumentos tradicionales había una clara relación entre el diseño del instrumento y las notas que se podían tocar con él. Esto era algo que la electrónica podía ayudar a superar.
MidisWing consiste en un microcontrolador que envía señales por USB a otro dispositivo, por ejemplo un módulo de sonido o un ordenador. Este controlador tiene la forma de una caja con circuitos que pueden conectarse a diversos sensores, como un joystick o un ratón, en función de la discapacidad del músico. “Se puede conectar cualquier control que sea adecuado al estado físico de la persona”, dice Daily, “suena como instrumentos diferentes cuyo rango de complejidad puede ser reducido o ampliado”.
Este instrumento, cuyo primer prototipo data de 2004, nació gracias al apoyo de un programa para pequeñas empresas del estado de Nuevo México, que lo puso en contacto con Pfeifer y su equipo. “La idea era construir un instrumento que tuviera un montón de tipos diferentes de interfaces que pudieran de funcionar con un ratón, joystick u otro tipo de dispositivo que se pueda adaptar a las habilidades de alguien con discapacidad”, dijo Pfeifer. “Puedes tocar con la boca, los pies o una mano”.
El primer modelo ideado por Daily quedó absolutamente superado por un nuevo MidisWing con un microprocesador mucho más potente, más entradas y más formas de configuración. Sus circuitos son capaces de calcular frecuencias o tonos diferentes a partir de la posición del joystick o ratón. También simula frecuencias producidas normalmente por la técnica del músico, por ejemplo, la presión de los labios de un trompetista en una boquilla de cobre. “Sabemos matemáticamente la diferencia de frecuencia entre los pasos de cada nota, por tanto podemos escribir una ecuación”, apuntó Pfeifer.
Pfeifer y Daily trabajan ahora en reducir costes para lograr un producto que se pueda fabricar para escuelas, hospitales, centros de rehabilitación u otros lugares con gente deseando hacer música. “He probado MidisWing sobre todo con los niños y personas con discapacidad. Los niños son quizás los casos más exitosos”, dice Daily, “son capaces de tocar muchas más cosas de las que otros programas de música han producido nunca. En poco tiempo ya suenan muy bien”.
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