La
técnica de la tortuga fue elaborada por Schneider y Robin (1990) para desarrollar
en el niño habilidades de autocontrol de las conductas disruptivas y
agresivas, como empujar, insultar, poner la zancadilla, dar puñetazos,
patadas... Es similar a la técnica de control de la ira de Hugues (1988),
pero aplicable a niños más pequeños, pudiendo utilizarse fundamentalmente
con niños de Educación Infantil y primer ciclo de Educación Primaria.
El objetivo básico de esta técnica de fácil aplicación es proporcionar a
los sujetos medios para que puedan canalizar su propia ira. Es decir, ante
provocaciones o situaciones conflictivas que les llevan a responder con
conductas agresivas, la técnica de la tortuga pretende enseñar a los niños
a controlar esa agresividad, a analizar adecuadamente las situaciones y a
responder a las mismas de forma autocontrolada.
El entrenamiento se desarrolla en 4 fases que se suceden a lo largo de 6
semanas y que pueden implementarse en la clase por los mismos maestros. En
concreto, el desarrollo de cada fase incluye:
- En la primera fase (semanas 1 y 2) se enseña al niño a responder a la
palabra "tortuga" cerrando los ojos, pegando los brazos al
cuerpo, bajando la cabeza al mismo tiempo que la mete entre los hombros,
y replegándose como una tortuga en su caparazón.
- En la segunda fase (semanas 3 y 4) el niño aprende a relajarse.
Para ello, tensa todos los músculos mientras está en la posición
de tortuga, mantiene la tensión durante unos segundos, y después relaja
a la vez todos los músculos.
- La fase tercera (semana 5) pretende conseguir la generalización en la
utilización de la posición de tortuga y la relajación a
diferentes contextos y situaciones.
- La última fase (semana 6) se dedica a la enseñanza de estrategias
de solución de problemas interpersonales.
Resulta muy práctico enseñar la técnica de la tortuga a los niños en forma
de historia que se va ampliando a lo largo del tratamiento:
" A veces tus padres o el profesor pueden pedirte que hagas algo
y cuando no lo haces se enfadan. Cuando sucede esto tú te pones
furioso porque piensas que ellos te tienen manía.
En esta situación es bueno que recuerdes cómo solucionan las tortugas sus problemas. ¿Sabes
lo que hacen? Pues se meten en su caparazón. Te voy a contar lo que hizo
una tortuga que se llamaba Pepe en una situación difícil.
Hace mucho tiempo había una hermosa tortuga que tenía (4,5,6,7,8) años y
que se llamaba Pepe. A ella no le gustaba demasiado ir al cole.
Prefería estar en casa con su hermano menor y con su madre. No le gustaba
aprender cosas en el colegio. Prefería correr, jugar. Era demasiado pesado
hacer fichas y copiar de la pizarra. No le gustaba escuchar al profesor,
era más divertido hacer ruidos de coches y nunca recordaba qué es lo que
tenía que hacer. A Pepe lo que le gustaba era enredar con los demás
compañeros, meterse con ellos y gastarles bromas.
Cada día, cuando iba camino del colegio, se decía que intentaría
no meterse en líos, pero luego era fácil que alguien hiciera que
perdiera el control, y al final se enfadaba, se peleaba y el profesor le
reñía o le castigaba. "Siempre metido en líos", pensaba.
"Como esto siga así voy a acabar odiando al colegio y a todos".
La tortuga lo pasaba muy pero que muy mal. Un día de los que peor se
sentía encontró al viejo señor Tortuga, el más sabio del lugar.
Cuando el señor Tortuga vio a Pepe le preguntó por qué estaba tan triste,
y Pepe le contó lo que le pasaba, que siempre se metía en problemas y que
se portaba mal sin saber por qué. El señor Tortuga le sonrió y le dijo que
comprendía lo que le había contado porque hacía mucho tiempo, antes de que
fuera tan sabio, él también se enfadaba cuando hacía cosas que no estaban
bien. Pepe se sorprendió y le preguntó cómo había aprendido a portarse
bien. El señor Tortuga le dijo:" Bien, Pepe, he aprendido a utilizar
mi protección natural, mi caparazón". "Tú también puedes
esconderte en tu concha siempre que tengas sentimientos de rabia, cuando
tengas ganas de gritar, de pegar, de romper cosas. Cuando estés en tu
concha puedes descansar hasta que ya no te sientas tan enfadado. Así que
la próxima vez que te enfades! metete en tu concha!
El señor Tortuga le contó a Pepe que había aprendido a dominarse en las
situaciones difíciles metiéndose en su caparazón, respirando profundamente
y relajándose (soltando todos sus músculos, dejando que cuelguen manos y
pies, no haciendo nada de fuerza con su tripa, respirando lentamente,
profundamente). Además, pensaba cosas bonitas y agradables mientras se
estaba relajando.
Después pensaba en la situación en la que se encontraba y en la forma de
solucionarla.
Planteaba cuatro o cinco ideas e imaginaba lo que sucedería si ponía en
práctica cada una de estas cosas. Finalmente seleccionaba la mejor.
Así es como llegó a ser sabio. Bien, Pepe se entusiasmó realmente con la
idea. Fue más a gusto al colegio cada día pues tenía muchos amigos y su
profesor y sus padres estaban muy contentos con él.
Pepe siguió practicando cómo solucionar las situaciones difíciles hasta
que verdaderamente lo hizo bien. Tu puedes también hacer lo que hace Pepe.
Cuando estés muy enfadado y veas que vas a meterte en líos, puedes
aislarte en tu caparazón, relajarte y decidir qué es lo que deberías
hacer".
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