jueves, 24 de enero de 2013

¿Las personas más inteligentes "académicamente" son menos inteligentes emocionalmente?


Un estudio llevado a cabo con 152 veteranos de guerra de Vietnam que sufrieron daños cerebrales ha permitido crear el primer mapa de la inteligencia emocional, es decir, de la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los otros.

 El estudio revela que la inteligencia general - o "universal"- y la emocional están bastante solapadas, tanto en el cerebro como en el comportamiento en la vida cotidiana. Así, las puntuaciones más altas en pruebas de inteligencia general se corresponderían con muestras de estar dotado de inteligencia emocional.

Para cartografiar todo esto en el cerebro, el neurocientifico estadounidense Aron K. Barbey y sus colegas usaron escáneres de tomografía computerizada para obtener un mapa en tres dimensiones de la corteza cerebral, que seguidamente dividieron en vóxeles –unidades de volumen-. Asociando las habilidades cognitivas que estaban dañadas en los pacientes a determinados grupos de vóxeles, los investigadores lograron identificar qué áreas del cerebro juegan un papel clave en aspectos de la inteligencia llamada "general", de la inteligencia emocional o ambos. Los resultados, dados a conocer en la revista Social Cognitive & Affective Neuroscience, muestran que la corteza frontal y la corteza parietal son fundamentales en los dos tipos. La primera se ocupa de regular el comportamiento, la atención, la planificación y participa en la memoria; la corteza parietal, por su parte, integra información de los sentidos y ayuda a procesar el lenguaje y a coordinar los movimientos del cuerpo.

 “Históricamente la inteligencia general ha sido considerada aislada de la inteligencia social y emocional; pero ahora tenemos la demostración que la inteligencia humana también depende de cómo interactuamos con otras personas”; sugiere Barbey, haciendo referencia a que ambos tipos son interdependientes a nivel cerebral en una mente sana. “Somos seres sociales, y además de las habilidades cognitivas necesitamos aplicar habilidades a situaciones sociales para poder entender a los demás y movernos en la sociedad en la que vivimos”, puntualiza el investigador

No hay comentarios:

Publicar un comentario